jueves, 27 de septiembre de 2012

Mariposas en el estómago


Nadie me iba a decir aquél 17 de Junio de 2007 lo que iba a pasar en los siguientes años. Incluso un año antes, tras volver a Primera después de un efímero paso por el infierno, en el que nos clasificamos para UEFA, con un gran equipo comandado por los Oubiña, Pinto, Cannobio, Silva y Baiano. Pero aquella temporada 2006/2007 fue muy rara. A pesar de perder a una joven promesa mundial como era el gran canario, se fichó al brasileño Nené. No se creía que iba a suceder lo que pasó, en el que un trágico año, rodeado de muchas incertezas, nos mandó, de nuevo, al pozo de Segunda.

Comenzaba otra nueva etapa en la que el objetivo no era otro que volver cuánto antes a Primera. Nada más lejos de la realidad. Las cosas fueron cada vez a peor, los asuntos económicos sangraban por todas partes, se rompió casi totalmente la comunión con la afición, en medio de una devoradora ley Concursal. Futuro gris es lo que se veía en el horizonte, con jugadores que no se identificaban con lo nuestro, con equipos mediocres y actuaciones muy deshonrosas para lo que significa el Celta de Vigo.

Pero Carlos Mouriño, en vez de soltar el timón y pasarle el testigo a otro, se aferró más fuerte a él y fue cortando los problemas: fue saneando las cuentas del club, logrando dar estabilidad al proyecto que tenía en mente. Mandó apostar a los técnicos fuertemente por la cantera, y esto, unido a los fichajes de David Rodríguez y Quique De Lucas, dio otro aire al equipo. Las victorias se volvían a asomar más asíduamente en el casillero celeste, y, a pesar de una segunda vuelta bastante desastrosa, nos logramos clasificar a los play-offs. La puerta de salida estaba cada vez más cerca, pero en el Infierno de Los Cármenes, se volvió a la cruda realidad.
Tocaba empezar de nuevo, otra temporada con Paco Herrera. Ésta tenía que ser la del ascenso, así lo quiso el presidente desde la pretemporada. Dictum ac factum. Los vigueses, liderados por Iago Aspas (fruto de la apuesta de la cantera) y un excelso Orellana, devolvió a Vigo y a sus aficionados a la categoría que nos corresponde, en una carrera de fondo en la que quedamos un peldaño por debajo de nuestro máximo rival, pero suficiente para lograr el ascenso directo.

Foto: Xoan Carlos Gil
Y ésto trajo el maná a Vigo. Un contrato televisivo de 23 millones, y fichajes como Park Chu-Young, Augusto Fernández, Javi Varas, Krohn-Dehli o Cabral. Y cinco años y unos meses después de aquél trágico Celta 2-1 Getafe, la historia se volvió a repetir; pero esta vez en un panorama distinto: unos jugadores de la tierra completamente arraigados al proyecto, y unos fichajes suficientes para dar un salto de calidad al equipo, con una deuda prácticamente encarrilada a ser pagada, y un presidente y entrenador comprometidos con el proyecto.

Ahora, puedo mirar hacia adelante, y ver la claridad. Ver que hemos formado un equipo competitivo, que lo dará todo para salvarse. Un proyecto que tiene muy muy buena pinta, y no sé a vosotros, pero cuando yo pienso en él, a mí me entran mariposas en el estómago.

¡Ya estamos de vuelta!


Tras un parón un poco más largo de lo normal, aquí estamos de vuelta en #22JUI con muchas ganas de seguir entreteniéndoos con las diversas secciones existentes, y las que se crearán poco a poco.