jueves, 3 de mayo de 2012

32 ligas en una

El Real Madrid es campeón de una competición que, por méritos históricos le pertenece. Es cierto que un Barcelona superior había existido durante estos tres últimos años, eclipsando por completo al equipo de la capital.

Pero este año no fue así. El año pasado, el equipo dirigido por José Mourinho, uno de los grandes artífices de este título, ya plantó cara a los culés, arrebatándoles la Copa del Rey y oponiendo una gran resistencia en el resto de competiciones e impidendoles así cosechar otro triplete histórico. 

Pero es este año en el que todos los esfuerzos del "Mou Team" se han visto culminados con el éxito que más ansiaban: el título liguero. Una liga que es la mejor de la historia del club blanco y que los merengues tardarán en olvidar. Y no sólo por ser la primera en la que el alirón se celebra en San Mamés, o por tener el mejor tridente de la historia, o por ser el equipo más goleador, a falta de dos partidos. Se recordará siempre por el gran juego desplegado, por victorias en las que se jugó como los ángeles, o en las que simplemente se tiró de la casta que siempre ha caracterizado a los integrantes de este club. Porque cuando los tropiezos llegaron, la plantilla se supo levantar de una manera hercúlea. Porque nadie daba un duro por este equipo cuando tuvimos dos tropiezos seguidos a finales de 2011 (Levante y Racing) o cuando el Barça dió un recital en nuestro feudo, o, sin ir mas lejos, cuando saltaron todas las alarmas por dos magistrales lanzamientos de falta ejecutados por dos grandes futbolistas como son Santi Cazorla o Marcos Senna. 

Y por eso, cuando la bestia del fútbol mundial perforó las redes del Camp Nou, y dió la victoria al Real Madrid, todo el madridismo saltó de alegría sabiendo que, tras tanta brega con un mas que digno rival, la Liga iba a ser nuestra. Al fin y al cabo, si se le ha quitado la competición de la REGULARIDAD al "Mejor equipo del mundo" (calificado por la mayoría), ¿quién es el mejor?

El Racing vuelve a Segunda División tras diez años en la máxima categoría



Este pasado fin de semana, el Racing de Santander volvía a la Segunda División. Una categoría que no visitaba desde hace justo diez años, en la que ascendió tras quedar en segunda posición.

Los santanderinos llegaban a la Jornada 36 con 26 puntos, con pie y medio en la categoría de plata, ya que no dependía exclusivamente de su resultado. Llegaban tocados tras una dura derrota en casa contra el Ahletic por 0-1. Se enfrentaban a un rival directo, la Real Sociedad. Los cántabros no opusieron resistencia, sin embargo aguantaron toda la primera parte sin encajar un gol. A la vuelta de vestuarios, Griezman se encargaba de certificar la permanencia de los vascos con dos goles (47' y 69') y una asistencia a Agirretxe (83'). Así, los txuri-urdin se vengaban así de su último descenso hace cinco años, a manos de los de Santander.

Y es que el Racing pone fin a la mejor época del club, con diez temporadas seguidas en Primera División. A continuación, haremos un resumen de esta década en la Liga BBVA:
  • 01/02 En su último año en segunda, ascendieron en segunda posición, con 71 puntos, después del Atlético de Madrid que quedaba primero con 79 puntos. Así, regresaban en un sólo año a la máxima categoría, dirigidos por Quique Setién. 19G, 14E, 9P.
  • 02/03 Volvían a Primera, con Preciado de entrenador, y más tarde, Chuchi Cos, en un año bastante irregular, pero salvándose ampliamente, con 44 puntos, ocho por encima del descenso.13G, 5E, 20P.
  • 03/04 De la mano de Lucas Alcaráz, y jugadores como Javi Guerrero y Benayoun, acabaron 17º, tan sólo un punto por encima del descenso. 11G, 10E, 17 P.
  • 04/05 Con un equipo similar al de sus últimas campañas, con Lucas Alcaráz de nuevo al mando de la nave (luego fue Nando Yosu el que se hizo cargo del equipo), acabaron un puesto por encima que la temporada pasada con 44 puntos pero alejados de la quema. 12G, 8E, 18P.
  • 05/06 En esta temporada destacó la aportación de Antoñito, fichaje de esa campaña, con nueve dianas. Dirigido primero por Alcaráz y luego, de nuevo, por Yosu, fue una temporada de escasas cifras goleadoras. Muestra de ello, su segundo realizador, Casquero, sumó cinco goles. Por tanto, estuvo a punto de descender, literalmente, porque el Alavés se quedó con 39 puntos (último por la cola) y los santanderinos con 40. 9G, 13E, 16P.
  • 06/07 El club realizó un lavado de cara. Ficharon a Miguel Ángel Portugal, y hombres como Zigic y Ezequiel Garay (11 y 9 goles respectivamente). Esto proporcionó otro aire a Santander, viendo a su equipo quedar 10º con cincuenta puntos, a diez de entrar en Europa. 12G, 14E, 12P.
  • 07/08 Fue la mejor temporada de esta década. Con jugadores como Tchité y Smolarek, y un entrenador que hizo las delicias de los aficionados, Marcelino García Toral, consiguieron quedar en sexta posición, jugando al año siguiente la copa de la UEFA, la primera vez en su historia. 17G, 9P, 12E.
  • 08/09 Jugando los racinguistas una ilusionante UEFA, con Muñíz en el banquillo, la vuelta de Zigic, la aparición de Jonathan Pereira y la aportación de Tchité, quedaron en mitad de la tabla, pero salvados por cuatro puntos. 12G, 10 E, 16 P.
  • 09/10 Esta temporada la comenzó Mandiá en los banquillos, a dónde volvería jornadas más tarde Portugal.Con un Tchité goleador (14 tantos) y la aportación de hombre como Xisco y Canales, con siete tantos, los cántabros consiguieron eludir el descenso. Se avecinaban tiempos complicados para el club. 9G, 12E, 17P.
  • 10/11 Con Portugal en el banquillo, sucedido por Marcelino, y hombres como Rosenberg, Kennedy y Giovanni Dos Santos, consiguieron hacer una temporada tranquila. 12G, 10E, 16P.
  • 11/12. La catástrofe se veía venir. Una pésima planificación y un caos interno muy severo. Los goles de Stuani no le sirvieron para certificar la permanencia. Descienden con tres jornadas antes de que acabe la Liga.
Así, el Rácing de Santander tendrá que celebrar su centenario en Segunda división. Como podemos ver, fueron temporadas en las que en la mayoría de ellas se salvaron por muy poco, y la tragedia acabó pasando.

Desde 22 jugadores, una ilusión (22JUI), queremos desearle la mayor suerte del mundo a los santanderinos y que vuelvan pronto a la Primera División.



martes, 1 de mayo de 2012

Bajo los palos: "El día que Neuer sí fue Oliver Kahn"



Comenzó su carrera en las categorías inferiores del Shalke, donde se consagró como portero titular, no solo de su equipo, sino también de la selección alemana.

Sentía los colores del Shalke, el equipo de su corazón, pero el pasado verano llegó el club más grande de Alemania, con 22 trofeos nacionales de Liga y cuatro campeonatos de Europa, el Bayern de Múnich, con una oferta a la que ni él ni el club pudieron decir “no”: para él la posibilidad de jugar en el club más grande de Alemania, con todo lo que ello conlleva y un contrato por 5 años; para el Schalke, 25 millones de euros, algo casi impensable para un portero (exceptuando los 25 millones que también pagó el Manchester United por el joven portero David de Gea).

La afición de Múnich no entendió el caro traspaso del joven Neuer; “¿para qué queremos un portero que siente los colores de otro club?” afirmaban.

Pronto tardó en hacer olvidar esto a la afición bávara, pues a principios de octubre logró estar 1018 minutos consecutivos sin encajar un gol, superando la marca de una leyenda viva del club como Oliver Kahn, con quién empezaron a compararlo por su cabello rubio, sus habilidades bajo los palos y su destreza para detener penaltis.

“El sucesor de Oli Kahn, tenemos al sucesor de Kahn” afirmaban los que meses atrás no entendían ese caro traspaso. 26 años, 1,94 metros de altura, el joven guardameta comenzaba a ser un ídolo en Múnich pocos meses después de su llegada.

Siempre fue un portero irregular, combinando buenas y malas actuaciones, pero que sin duda, está llamado a ser uno de los mejores guardametas del mundo y los pilares de la Selección Alemana.

Neuer empezó a convertirse en héroe al meter a su equipo, el Bayern de Múnich en la final de la Copa Alemana, tras una soberbia actuación en la tanda de penaltis contra el Borussia Mönchengladbach.
Pero solo se podía consagrar en un escenario como el Santiago Bernabéu. Era miércoles, 25 de abril, en la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones (2-1 para el club bávaro en la ida) y se enfrentaban al Real Madrid, con nueve copas de Europa a sus espaldas y buscando la décima.

No comenzó bien el partido, pues a los seis minutos el Real Madrid se adelantaba con un gol de Cristiano Ronaldo de penalti, y ocho minutos después, tras una mala salida del portero de Gelsenkirchen, el astro portugués colocaba el segundo tanto en el marcador, que dejaba la eliminatoria muy favorable para los blancos. Pero en el minuto 27, Robben colocaba el 2-1 en el marcador, tras aprovechar el lanzamiento de penalti. Las ocasiones se sucedieron, Iker Casillas y Manuel Neuer brillaron bajo los palos, pasó la prórroga y llegaron los penaltis. El Bernabéu coreaba al unísono “Iker, Iker”, haciendo saber a su portero que contaba con su apoyo, mientras Manuel, se aislaba del ambiente. No era consciente de lo que iba a pasar. Once años atrás, su ídolo y con el que muchos lo comparan, Oliver Kahn había ganado una Copa de Europa para su equipo, curiosamente ante un equipo español que también vestía de blanco; el Valencia.

Se adelantaba el Bayern con gol de Alaba tras engañar a Casillas. Cristiano Ronaldo, un auténtico especialista en los lanzamientos desde los 11 metros se preparaba para igualar el marcador; lanzó el penalti a la derecha del guardameta, que sacó una mano providencial, en un penalti muy complicado de detener, ajustado al palo y por abajo. Colocaba Mario Gómez el 2-0 en la tanda de penaltis. Era el turno de Kaká, lanza y nuevamente vuelve a parar Neuer; quien sabe lo que se le pasaría por la cabeza en ese momento, ya que estaba llevando a su equipo a una final de Champions League.
Era el turno del Bayern, para casi sentenciar la eliminatoria, pero apareció el que sin duda es el mejor portero del mundo: Iker Casillas, deteniendo dos penaltis. 2-1 ganaba el Bayern, cuando era el turno de Sergio Ramos, que mandó el penalti a las nubes; después le tocó a Schweinsteiger, que no falló.
El club bávaro se convertía así en el primer club en toda la historia que va a jugar una final de Liga de Campeones en su propio estadio. Todos corrían a abrazar al atacante alemán, pero esa noche solo había un héroe: Manuel Neuer, que desde ese día se convirtió en leyenda del Bayern de Múnich, quizá sea una osadía compararlo con Oliver Kahn, una auténtica leyenda, quizá no, pero siempre podrá decir: “Un día yo fui Oliver Kahn”.

La Crónica: Celta-Barcelona B: Crónica de una resurrección



El partido comenzaba para el Celta como un posible punto de inflexión. Es decir, seguir cayendo o, cuan Ave Fénix, resurgir de sus cenizas. Eligió una segunda opción y, además, lo hizo a lo grande.


La contienda se inició con sorpresa: trivote, o pivote con Álex de media punta, según lo que querais ver. El Barça B tenía la pelota pero las ocasiones eran escasas, Orellana tiraba de magia por su banda y De Lucas hacía lo propio por la suya. Álex hacía auténticas diabladas en su posición y el doble pivote estaba inmenso. Pero nada de eso importó cuando Gerard Deulofeu se fue por su banda e hizo unas filigranas delante de Hugo Mallo, sirviendo la pelota en la frontal a Kiko Feminía que resolvió como los grandes. Fue un mazazo para los celestes que llegaron con ese resultado al descanso. 0-1 y Paco Herrera puso en marcha la maquinaria de los cambios.




Toni y Joan Tomás por Insa y De Lucas, cambios ofensivos para un Celta que necesitaba desesperadamente la victoria. Y fue en el minuto 53 cuando el gran Mario Bermejo aprovechaba un clamoroso error de uno de los defensas del filial blaugrana para abrir la lata en Balaídos. Perfecta definición y el equipo celeste había hecho lo mas difícil en una jugada algo estúpida. Y no tardo en llegar el segundo, obra de un Orellana que estaba siendo la gran pesadilla del equipo culé. El Barça B se echó arriba y pasó lo que tenía que pasar: Aspas, recién incorporado por Bermejo, que parece lesionado, marcó el tercero y el cuarto en dos contras perfectas. Pudieron caer más en sendos contragolpes pero la falta de puntería y el acierto de Oier (portero de los de la Masía) evitaron una goleada escandalosa en Balaídos. 


Y así se llegó al final, con 4-1 en el marcador, todo el celtismo contento y enderezando un camino que el viernes parecía llenó de picos y hoy parece mas plano que el lateral izquierdo del Barça.